Reseña : Shadow Age – «Shadow Age» (2018). Una bella escala de grises sonoros.

[Por David Rangel]

Hay obras en el mundo del arte que son el trabajo de toda una vida y que terminan siendo obras maestras, otras son largamente postergadas, trabajadas hasta el hastío y el resultado es decepcionante o debajo de las altas expectativas que generaron. Existen casos intermedios, en los que un lapso razonable, permitió pulir un trabajo que se consideraba que no reflejaba la esencia sonora de la banda, y este es el caso de Shadow Age.

shadow 1.jpg

El pasado 4 de septiembre, se estrenó el esperado L.P. homónimo de Shadow Age. Como precedente, el entonces cuarteto originario de Richmond, Virginia publicó en mayo de 2015 el E.P. «Silaluk», que con solo tres cortes nos mostró una banda sumamente interesante, fresca, que se nutre de influencias que los hermanan más con el sonido del post punk británico clásico, la coldwave ochentera y a una par de agrupaciones de los noventas como London After Midnight o Corpus Delicti. A pesar de la referencia anterior, la banda no busca emular o repetir lo anterior, ni apelar a la nostalgia.

Shadow Age- Silaluk

 

Según declaraciones de Aaron Tyree en entrevista para Bandcamp Daily, el lanzamiento del primer álbum se postergó debido a que la banda se encontraba insatisfecha con el sonido de la primera grabación, ya que para su gusto era una versión descafeinada y deslucida de la música. Si bien desconocemos el resultado de ese primer intento, o sí lo publicado anteriormente pertenece a esas sesiones, habrá que confiar en que los músicos, quisieron ser fieles a una idea y plasmarla lo más cercano a la visión estética pretendida.
Posterior a ese primer semi impasse en el estudio, dieron otras pequeñas muestras de su trabajo con otro E.P. lanzado en octubre del 2017, titulado «The Fall» , que en sus créditos hizo patente una crisis, en lugar de nombrar a los compositores y sus respectivos instrumentos, aparece escrito un lacónico : “Four people on a sinking ship” , tal vez por ese motivo la banda se vio reducida a un trío en la actualidad y ha dejado la formación a cargo de Tyree en voz, teclados – ante la ausencia de Davey Bales, aunque presente como compositor- y guitarra, Evan Recinos en batería y Ben Powell en el bajo.

Shadow Age- The Fall

 

Finalmente después de una larga espera y un largo proceso de reelaboración, y a manera de punto final a un trabajo pendiente, publican su debut con diez tracks y una breve pero sustanciosa duración de 32 minutos. Reminiscente en dinamismo a “Silaluk” , la placa abre con el oscuro intro “The Grey” para dar paso a “Reign”, con el sello característico : la taciturna y melodiosa voz de Tyree inmersa en poderosas bases rítmicas y teclados que invitan a moverse. Una excelente apertura para un disco y seguramente un tema ideal para iniciar un concierto. Sin dar tregua “In Snow”, publicada en el anterior E.P., continúa el ataque sónico de baterías y bajos incesantes, voces como ecos distantes, guitarras con altas dosis de flanger y teclados. De un sonido más digerible y ligeramente más nítido “Youth”, baja los decibeles otorgando un corte anhelante, como la sombra de las sensaciones de una época dorada enterrado por siempre en la memoria. “Sometimes” en una tesitura intermedia , de tintes indie oscuro, nos remite a los mejores sonidos creados por New Order o alguna de sus escisiones como Monaco, o alguno de sus alumnos avanzados , como The Mary Onettes pero una versión más infeliz y doliente. De idéntica duración y sintonía “Montorose” y “Fortbears” nos remontan a terrenos que ligeramente orientados al Shoegaze , a un clima más etéreo y de menor densidad que los cortes iniciales. “Volant” sigue la línea amable, con pinceladas pop, que se decanta en un tema con reminiscencias a los angelinos LAM.
Ante cualquier expectativa de una balada, sugerida por el título, “I love you” retoma la vena áspera, desesperanzada, de atmósferas saturadas y oprimentes. El corte final “Diminished”, una oda a Bauhaus, cierra el disco, dramática y estentóreamente, en el que el zumbido de las moscas, demarcan el final del disco y de paso dejan inscrito un memento mori al escucha. En suma, el primer larga duración hizo que valiera la espera, un disco lleno de fuerza, un torrente energético, con pocos espacios de sosiego, pero que dentro de ese despliegue sonoro es capaz de transmitir paralelamente un sentido de angustia existencial, contrastante con el suave, melódico Tyree, dejando una sensación ambivalente que en su conjunto nos ofrece una bella escala de grises.

 

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.